9 de noviembre de 2011

Tic, Tac, Ploc (V 2.0)

dibujito: bruno valero
Así me encontraba en aquel morir del tiempo, improvisando los viajes del puntero, escuchando una sinfonía de silencios en que tocaban motores y sirenas y ladridos remotos. Mi diestra cubría del frío al inquieto roedor compañero del ocio y mi boca emblandecía el último de los chocolates cómplices de mi desvelo. Olvidé la hora en que Ploc apareció, no así sus palabras contenidas en un sueño de Keith Haring con sonidos espaciales y trompetas de Esquivel.
Mis yemas que le hablaron de me gustas y de anhelos no repetirán su afán. Están tecleando un último te quiero que ya no es justo entregar, porque el deseo se deshieló en un desfase del tiempo y debe huir como un pequeño Frankenstein incomprendido e iracundo. De ternura mortecina.
Apagué el ordenador, solté al roedor y entonces fue echada a andar una maquinaria que creí atrofiada por los muchos años en desuso. La de llorar.

Bruno Valero

Publicado en "El Último Libro del Mundo"
Gandhi Ediciones © 2011