27 de marzo de 2009

Sábado mitad alebrije, mitad calaca

Desperezado por el desfile de los alebrijes en el Centro, salí de mi departamento, cámara en mano, con la fe de quien gastará un sábado especial y divertido. Adix esperaba allí tomando fotografías. Eran las doce y cachito, el sol doraba las miles de frentes y narices congregadas sobre la calle Madero; desfilé pues entre tumultos de maché pintado en busca de Adix y de un buen sitio dónde observar, pero eran tantos los fotógrafos que mi andanza se asemejaba a una rutina aeróbica en el intento de no atravesar los disparos de réflex. 

Bicho
Comencé a retratar los coloridos monstruos y a sus no menos exóticos autores. De la mano, bichos y artesanos apresuraban su orgulloso andar obligados por el compás de la Banda y los aplausos, cuando de pronto la lente descubrió a Adix trepada en un poste, dí click y cuando pretendía interrumpir su labor documental una enorme sombra de reptil me invitó a seguir sus pasos en busca de la gran foto. Los últimos gigantes devoraban gente y edificios, yo los acompañé hasta el cruce con Balderas; ignoro cómo es que desaparecieron ahí. En pocos minutos la calle comenzó a poblarse de autos y todo el público se dispersó.

Reír de muerte
Regresé al poste, caminé unas cuadras, pero Adix ya no estaba. No la volví a ver sino hasta entrada la noche y luego de vagar del Centro al Chopo y de vuelta. Juntos, Adix y yo caminamos por el Centro en círculos, compartiendo cada uno la experiencia de la tarde y los pixeles, así hasta nuestra puntual llegada al Atrio del Templo de San Francisco, donde en compañía de los amigos del Páramo contemplamos la ofrenda Me asomé a la muerte de Marysole Wörner Baz. A los pies de la Latino, entre cempasúchitl y fumarolas de incienso, las calacas recuperaban el rito tradicional del día de muertos. El viento comenzó a soplar tan fuerte que animó las calacas en una danza burlona, avivó el fuego de los incenciarios y enfrío nuestras orejas. Inhalamos las esencias mágicas: polen de octubre, mirra, vapor de chocolate y cáscara de naranja. Fue el sábado ritual de las figuras de papel. Un sábado mitad alebrije, mitad calaca.
© 2008 Bruno Valero photography

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