12 de diciembre de 2012

Supéralo, Norah



A veces, me pasmo por un minuto con alguna película y me lleno de cuestionamientos y las palomitas no me saben. Sólo por un minuto. Anoche viendo la elección de Ro, me ocurrió lo del minuto (que es un .zip de emociones a la espera del doble clic).
Las historias románticas me gustan en la pantalla y en el display. Suelo escribir algunas muy idealizadas, pero, sin saber si para bien o mal, en mi realidad cuando merman los romances el duelo se consume pronto. ¿Será que me falta rodearme de todos esos clichés?: La cafetería adorable, la banda sonora onda jazz, frío en las calles, neones noctámbulos, recuerdos indelebles… o simplemente no soy como Lizzy. Algo sí me falta, emprender un nuevo viaje, uno muy despreocupado y muy largo por carretera. Aún sin nada por olvidar, sin lugar del cual huir. My blueberry nights terminó; caminé con Ro al café cercano y después del doble clic, descomprimidas las emociones se escaparon. Pero quedó lo importante, la dicha de las buenas horas compartiendo con él charla, cine, cafeína y bocados de nuestros muy risibles dramas.


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